Quantcast
Channel: Deporte – SCIENTIA
Viewing all articles
Browse latest Browse all 41

Carlos Alcaraz y la ciencia del tenis

$
0
0

Hace más de treinta años, en la pista número seis del Murcia Club de Tenis, jugué ante una joven promesa de tenis regional. Comencé ganando los cuatro primeros juegos de aquel partido perteneciente al torneo “Manuel Alonso” y pensé que la victoria iba a ser fácil. Nada más lejos de la realidad. No hice un juego más en todo el partido. Pues bien, hoy el hijo de aquel chaval no solo cumple 18 años sino que lo celebra jugando contra Rafa Nadal en ha debutado en el Open de Madrid. Sí, lo han acertado. Mi rival en los años ochenta fue el padre del jugador de moda en el tenis internacional, el murciano Carlos Alcaraz. ¿Ha evolucionado el tenis gracias a la ciencia y la tecnología?

Una de las disciplinas científicas presentes en este deporte es la química. Actualmente gracias al poliéster las camisetas no se arrugan o encojen como cuando eran de algodón. También son más livianas, resistentes y absorben menos humedad, lo que provoca que el rendimiento físico mejore en determinadas condiciones atmosféricas. Un compuesto que ha revolucionado la ropa deportiva es el elastano, una fibra sintética conocida por su excepcional elasticidad. Otro material muy presente en el tenis es la poliamida, un polímero que se usa para las muñequeras o las cintas del pelo. También gracias a la química del poliuretano la publicidad va serigrafiada en la ropa del deportista y no cosida a la ropa como antaño. 

La ciencia de los nuevos materiales está muy presente en el tenis. Las primeras raquetas de madera se fabricaron en 1934. Sus marcos eran muy pesados, duraban poco y vibraban muchísimo, lo que provocaba la lesión conocida como “codo de tenista”. Es fascinante que Manolo Santana o Billie Jean King mostrasen tan alto nivel tenístico con raquetas de madera. Luego llegaron las raquetas de acero, de aluminio (como la famosa Wilson T–3000 de Jimmy Connors), de grafito, de fibra de vidrio, de titanio, de nanotubos de carbono… con estos materiales las vibraciones fueron desapareciendo, se consiguieron marcos más rígidos, ligeros y resistentes y se incrementó la estabilidad y la potencia de las raquetas. La ciencia de los materiales también es clave en el cordaje usado en las mismas.

Por otra parte, cada vez más jugadores recurren a la telemetría. Para tener información sobre su juego introducen diferentes dispositivos (acelerómetros, giroscopios, sensores de vibración) en sus raquetas y muñequeras. Dichos dispositivos informan de la fuerza del impacto, de la dirección con la que la bola sale de la raqueta, del efecto que se le imprime a la bola, etc. Con esta información los entrenadores analizan y mejoran el juego de sus pupilos.

Una de los momentos más espectaculares del tenis moderno se produce cuando el árbitro  recurre a la tecnología del famoso “Ojo de Halcón”. Consiste en diez cámaras situadas alrededor de la pista que cuentan con sensores de alta resolución y una tasa de FPS bastante alta. Gracias a sistemas de triangulación de imágenes, las capturas de las cámaras son procesadas por una unidad central, que se encarga de generar un mapa 3D de la pista y de recrear la trayectoria de la bola. Así se analiza el bote de la bola para dictaminar si ha entrado dentro de los límites de la pista o no. El margen de error de esta tecnología ronda los tres milímetros, una cifra realmente baja. Pagaría por ver a McEnroe o a Venus Williams pelearse con el “Ojo de Halcón”.

¿Hay física en el tenis? Muchísima. Uno de los golpes preferidos de Carlos Alcaraz es el passing shot con el que supera a sus rivales cuando suben a la red. Analicémoslo científicamente.

Inicialmente la pelota golpeada por el murciano sigue la primera ley de Newton, según la cual un cuerpo se mueve en la misma dirección y a la misma velocidad hasta que se le aplica una fuerza externa. La primera impresión de sus rivales es que los passing shots de Carlos se van muy lejos de los límites de la pista. De pronto la bola empieza a curvarse y entra, dejando boquiabiertos a sus oponentes. ¿Quién explica ese comportamiento? La mecánica de fluidos. Cuando Carlos Alcaraz golpea la pelota no solo le imprime una gran fuerza, sino que también la rota lateralmente gracias a un poderoso efecto liftado. Esto provoca que, en un lado de la pelota, el aire se mueva en dirección contraria al giro de la misma, aumentando la presión. En el otro lado de la bola el aire se mueve en la misma dirección del giro de la pelota, creando un área de baja presión. La diferencia de presiones provoca la aparición de una fuerza perpendicular a la dirección de la corriente de aire. Esta fuerza hace que la pelota cambie bruscamente su trayectoria y se curve hacia la zona de baja presión. Así, la bola de Carlos entra en la pista cuando inicialmente parecía que se iba a ir lejísimos. Sus oponentes flipan. A este fenómeno físico se le conoce como “Efecto Magnus” y al golpe así efectuado se le llama “Banana–shot”.

Podría seguir escribiendo de la tecnología de fabricación de las pelotas de tenis, de la psicología del jugador, de cómo influye la meteorología en el tenis, de la geología de las pistas de tierra batida, de la neurociencia del tenista, del Big Data… y es que “en un solo partido de tenis hay más disciplinas científicas que en el mejor de los laboratorios”. Pero por mucho que se conozca la ciencia que hay detrás del tenis, sin el talento y la calidad del tenista no se ganan partidos… y de talento y calidad la familia Alcaraz van sobrados.

Estimados lectores, las raquetas, la ropa o las pelotas que está empleando esta semana Carlos Alcaraz en Madrid no tienen nada que ver con las que usó su padre el día que me barrió de la pista hace más de treinta años. Espero que dentro de otras tres décadas el progreso científico-tecnológico deje atrás al tenis actual. Será buena señal.

Jose


Viewing all articles
Browse latest Browse all 41

Latest Images

Trending Articles





Latest Images